En este ameno y magníficamente presentado informe se muestra como nuestro sistema alimentario actual es responsable de entre el 44 y el 57% de las emisiones de gases con efecto invernadero, siendo la alimentación el máximo responsable de las mismas.
¿Cómo es eso? Desglosamos el itinerario en 6 etapas: deforestación y cambio de uso del suelo (15-18%), producción agrícola (11-15%), transporte (5-6%), procesamiento y empacado (8-10%), almacenamiento (2-4%) y desperdicios (3-4%). Si tenemos en cuenta que de media un alimento recorre 5000 Km antes de su consumo, está altamente procesado, etc, podemos entender estos altos porcentajes.
«Sabemos que el sistema alimentario global, con sus empresas monopólicas, es responsable de la crisis del pequeño campesinado, que en los países del Sur significa pobreza y en los países centrales el despoblamiento del mundo rural; sabemos que muchos de sus problemas afectan más a las mujeres, sabemos que los alimentos que nos ofrece han perdido calidad y valor nutritivo, además de provocar periódicamente crisis alimentarias; sabemos que contamina y agota los recursos naturales; y ahora sabemos que es el sector económico con mayor responsabilidad en el grave problema del cambio climático que puede conllevarnos grandes dificultades para muchas cuestiones, y cómo no, entre ellas producir alimentos…¿no es momento de rechazar definitivamente este sistema?»
En el informe se analiza cómo revertir la situación. Entre otras ideas se analizan (aquí sólo mencionamos):
- Feminizar la agricultura
- Comer menos carne y más cereales, legumbres y frutas
- Alimentos frescos
- Ingredientes de producción local
- Productos de temporada
- Productos ecológicos
- Producir tus propios alimentos
Escoger alimentos frescos (no envasados ni procesados), de cultivo próximo y de temporada significa escoger alimentos de menor huella ecológica y seguramente más sabrosos. Además, la producción de alimentos ecológicos es más respetuosa con el medio y utiliza menos recursos y energía.
Si el mundo asumiera seriamente estos cuatro virajes y los pusiera en acción, sería posible reducir a la mitad las emisiones de GEI globales en unas cuantas décadas y, en el proceso, emprender el largo camino hacia la resolución de las otras crisis que afectan el planeta, como la pobreza y el hambre.
El informe, elaborado en colaboración con Mundubat y el apoyo técnico de GRAIN; con textos de Gustavo Duch e ilustraciones de Mikel Apodaka, se puede descargar aquí. ¡Buena lectura!