Llega el otoño. Los días se hacen cada vez más cortos, las temperaturas bajan y la menor incidencia de la luz solar sobre las hojas de los árboles les indica que se acaba la estación templada.
Los árboles de hoja caduca dejan de realizar la fotosíntesis y el verde de sus hojas va desapareciendo para teñirse de diversos colores con matices que van desde el amarillo dorado, el naranja, el rojo hasta el marrón. Los bosques se llenan de colores, es un buen momento para un baño de bosque ecoterapéutico.
Esta explosión de colores despierta diversas emociones profundas que nos apelan a la renovación y al recogimiento. La temporada otoñal marca el final del verano, el apaciguamiento del sol, amarillo, que todo lo anima.
El rojo de las hojas nos proporciona felicidad, puesto que es un color primario, puro y alegre. Es el color del poder y de la alegría, solo hace falta observar cómo en muchas culturas es el color de las celebraciones, por ejemplo, en China. ¿Quién no ha estado en un restaurante chino, decorado con colores rojos?…
Las hojas amarillas nos recuerdan a la estación luminosa, nos serenan y nos confortan en la nueva temporada. El amarillo es el color de la madurez que nos conduce hacia una actividad ligera y serena.
El naranja es un color que también abunda en las hojas de los árboles. Es el color de la transformación, de la sociabilidad y también de la alegría. Une los opuestos rojo-amarillo, y los armoniza. Los colores anaranjados en contraste con el cielo azul, nos crean sentimientos contrapuestos. El naranja con su poder alegre y ligeramente excitante, en contraste con el azul del cielo que es el color de la serenidad y la espiritualidad, nos proporciona una visión dual: Tierra-Cielo, Físico-espiritual y nos induce hacia la alegría interior.
Finalmente, el color marrón es un color muy agradable en su combinación con los colores amarillo y naranja, crea un espacio que sosiega y da la sensación de resguardarnos. Es por esta razón que es el color que más se valora en los espacios interiores, en nuestras casas, ya que nos sugiere lo natural, lo cómodo y lo acogedor.
Desde Ecotendencias os recomendamos sumergiros en la atmósfera de los bosques en otoño.
