La práctica continuada de yoga nos permite mantener la salud física, psíquica y abrirnos al mundo de lo espiritual.
La práctica del yoga en un espacio natural nos permite sumergirnos de manera más eficaz en estados de serenidad y de calma mental.
El yoga constituye un amplio abanico de técnicas físicas, mentales y espirituales que capacita al practicante para vivir de manera más intensa y con mayor desprendimiento. Además, a través de las prácticas del yoga, desarrollamos la conciencia de manera que podemos estar más atentos a lo que nos rodea. Esto nos permite ampliar nuestra facultad de percibir y darnos cuenta de cada acción y pensamiento que desarrollamos en nuestra vida cotidiana.
El acercamiento del yoga a la vida urbana ha proporcionado un gran beneficio a las personas que viven en grandes ciudades , gracias a ello se ha podido gozar de los múltiples beneficios de esta disciplina milenaria, pero, por otra parte, se ha producido un alejamiento de la práctica en los espacios naturales. Normalmente, las escuelas de yoga de las grandes ciudades son centros en espacios cerrados, incluso se llega a instruir el yoga en gimnasios.
No es lo mismo realizar el saludo al sol al alba, delante de la playa, observando cómo amanece, y en actitud interna de oración, que ejecutar la sucesión de las doce posturas como calentamiento inicial en una sala de yoga.
Como es bien sabido, la práctica de yoga de manera regular es terapéutica, siendo muy efectiva para prevenir una gran variedad de enfermedades, así como para mantener y mejorar la salud física y mental. Si a la práctica le añadimos un entorno natural, los beneficios se duplican.
La práctica del yoga en un espacio natural nos permite sumergirnos de manera más eficaz en estados de serenidad y de calma mental, proporcionándonos a su vez una relación positiva y una conexión profunda con la naturaleza.
La práctica de yoga en la naturaleza nos puede proporcionar más beneficios que la misma práctica en un espacio cerrado, como es el caso de una sala o un gimnasio.
Beneficios de la práctica del yoga en la naturaleza.
Aunque la finalidad del yoga no es la curación del cuerpo, su práctica continuada en la naturaleza nos aportará grandes beneficios no solo a nivel físico, también mental, psíquico y espiritual. Los principales beneficios son los siguientes:
– Mejora de calidad respiratoria, con una mayor aumento de la capacidad.
– Abre los sentidos del tacto y del olfato.
– Aporta equilibrio físico y mental.
– Disminuye de manera más eficaz el cortisol (la hormona del estrés) y tranquiliza los procesos mentales aportando mayor gozo en la práctica.
– Una práctica de 40 minutos puede reforzar el sistema inmunitario, aumentando la actividad de las células NK (natural killers)
– Nos permite la conexión con los biorritmos de la naturaleza, donde todo tiene un tiempo mucho más pausado.
– Contacto más directo con lo transcendente, lo inmanente.
– Procura mayor claridad mental.
– Reduce la tensión arterial y el ritmo cardíaco.
– Reduce la depresión y la ansiedad.
– Nos hace estar presentes en el aquí y en el ahora.
– Potencia la capacidad para concentrarse.
– Nos permite silenciar los pensamientos y entrar más rápidamente en estados de conciencia superiores.
– Favorece el sueño.
– Mejora la salud visual.
– Curación recíproca entre el ser humano y la naturaleza.
– Aumento de sentimientos de gratitud, bienestar, serenidad, admiración y generosidad.
Desde Ecotendencias os recomiendo practicar yoga, siempre que sea posible, en espacios naturales.
