La dataesfera es un gigantesco universo de datos que rodea el Planeta Tierra, del cual todos somos partícipes, usufructuarios y responsables.
La revolución tecnológica del siglo XX transformó profundamente las interconexiones entre las personas, los pueblos y las ciudades de todo el mundo. La radio, el teléfono, la televisión, los ordenadores personales, internet, los móviles, … toda esta tecnología desarrollada permite una intercomunicación y una obtención de información de manera rápida, eficaz e inimaginable hace sólo medio siglo.
Vivimos en un ecosistema nuevo, basado en el intercambio de información. Se dice que en una hora de nuestro tiempo podemos obtener más información de internet que en toda la vida de una persona de la Edad Media. Este hecho, que en principio puede ser ventajoso ya que disponemos de información inmediata, resulta ser un gran inconveniente ya que no podemos ni manejar, ni asimilar tantos datos, ni profundizar en ellos. Vivimos en un continuo bombardeo de datos, saltamos de una noticia a otra, de un artículo a otro, vemos vídeos y en todo momento saltan anuncios intentando captar una y otra vez nuestra atención.
El ruido informativo es tal, y de tal magnitud que nos resulta difícil concentrarnos en aquello que estamos buscando. Navegar en la red se ha vuelto un viaje lleno de contaminación visual y auditiva. Curiosamente, igual que cuando navegas por el Atlántico y te encuentras con grandes islas de plástico.
La dataesfera
La dataesfera es una red densa y aplastante de datos que circulan en continuo, en todas las direcciones y con diversas frecuencias, alrededor del Planeta. Sin darnos cuenta, nos vamos «intoxicando» de su ruido informativo y de sus radiaciones electromagnéticas. Estas ingentes cantidades de datos insensibilizan nuestros sentidos, que se vuelven más sordos y ciegos al bombardeo continuado de información que intenta captar nuestra atención. Para ello muchas empresas utilizan métodos cada vez más sofisticados i/o agresivos de marketing.
Y aquí no acaba todo. Lo paradójico del caso es que cuanto más datos e información obtenemos, menos asimilamos esa información, y cuanto más nos creemos cercanos a otras personas, más aislados y solos nos sentimos. Podemos estar hablando con personas del otro lado del mundo, a través de una red social, y no conocer al vecino. Creamos “amistades” que no crean vínculos profundos y las personas se sienten cada vez más aisladas y solas.
Si bien no podemos obviar que, de una parte, la tecnología ha representado una gran ventaja en diversas áreas de nuestra vida: los medios informativos, las comunicaciones, poder comprar cualquier artículo sin salir de casa, realizar cursos y formaciones en línea, ir a eventos virtuales,…Por otra parte, se evidencia una crisis a un nivel profundo en las relaciones interpersonales, concretamente en la comunicación y en la empatía con las otras personas, y en la capacidad de percibir la realidad. Es por todo esto que hemos de utilizar la tecnología con responsabilidad y conscientes de sus peligros, de lo contrario caeremos en su red y seremos utilizados por ella.
Consejos para que no te conviertas en un “pez” atrapado en la dataesfera
No puedo acabar este artículo sin darte algún consejo básico para utilizar la tecnología a tu favor, como una herramienta de información y de comunicación, y en todo caso que no sea la tecnología la que te utilice a ti.
- Cuando vayas a buscar información ten claro de antemano lo que quieres saber. Concéntrate en lo que quieres buscar descartando entrar en cualquier otro sitio que aparezca en tu pantalla y te capte la atención (= caer en la red)
- Utiliza con responsabilidad las redes sociales.
- Intenta salir con amigos reales y poner tu móvil modo avión
- Pasea por la naturaleza sin llevar el móvil encima
- Antes de entrar a internet, márcate un objetivo claro y mide el tiempo que estás conectado.
- Las consultas realizadas a través de la red que tienen mejor información sobre cualquier tema son las tesinas o tesis doctorales, busca tu información colocando la palabra tesis y pdf.
- Cierra tu wifi, cablea tu casa, no permitas más contaminación electromagnética a tu alrededor.
Imágenes de Matthias Böckel y Gerd Altmann
