¿Te has preguntado alguna vez cómo empezó a cultivarse eco, o a llamarse ecológicos a ciertos cultivos que se diferenciaban de los convencionales? Te lo contamos brevemente, a la vez que perfilamos los 4 movimientos más significativos de agricultura ecológica: agricultura biodinámica, agricultura biológica u orgánica, permacultura, agroecología.
A lo largo del s. XX fue avanzando imparable la industrialización del campo:
- maquinaria pesada para acometer con menos esfuerzo las distintas labores del campo
- fertilizantes industriales ricos en fósforo, potasio y nitrógeno para acelerar el crecimiento de las plantas
- pesticidas de síntesis para atajar las plagas, que eran más frecuentes en monocultivos
- control de las semillas, hasta monopolizar el código genético con las semillas transgénicas.
Se supone que todo esto son avances, que se aceleraron a partir de la Revolución Verde, un eufemismo para referirse a los nuevos métodos agrícolas que se expandieron en la década de los ’70 y que prometían combatir el hambre del mundo.
La verdad ha sido muy distinta, y repleta de sinsabores como todos los problemas colaterales cuyo coste no paga el productor sino las presentes y futuras generaciones, en forma de contaminación de acuíferos, pérdida de biodiversidad, alimentos con restos tóxicos de pesticidas, etc.
Paralelamente a su expansión, fueron surgiendo aquí y allá diversas iniciativas agrícolas que buscaban el retorno a los métodos tradicionales, al campo integrado en la naturaleza, evitando las técnicas de la agroquímica. Destacamos: la agricultura biodinámica, la agricultura biológica u orgánica, la permacultura, la agroecología.
Agricultura biodinámica
Método desarrollado por Rudolf Steiner, propulsor de la Antroposofía y de las escuelas Waldorf, a partir de una serie de conferencias impartidas en Koberwitz en 1924.
La energía del cosmos debe penetrar en el suelo a través del calcio y el sílice, y transmitirse a las plantas con ayuda del compost biodinámico.
Se cultiva según un calendario planetario, y se atiende a las combinaciones de plantas para favorecer el cultivo y evitar las plagas. Algunos preceptos del método resultan esotéricos, y sin embargo los resultados son excelentes. Sello Démeter para las fincas certificadas.
Agricultura biológica u orgánica
El pionero fue Sir Albert Howard (1873-1948), agrónomo inglés destinado en Indore (India). Para él, un suelo fértil es la base del cultivo de plantas de calidad, haciendo incapié en el sistema de compostaje. El método Indore se extendió a partir de 1930.
Posteriormente evolucionaría a otros métodos de compostaje:
El método Müller-Rusch (Suiza y Alemania) analiza la fertilidad del suelo, propone un laboreo mínimo, una cobertura orgánica superficial en todo el suelo, aportar granito o basalto molido e inocular bacterias simbióticas.
El método Lemaire-Boucher (Francia, década 1960) populariza el uso del alga litothamne y un esponjamiento profundo del suelo con un plan de fertilización basado en 2 fases. El sustrato es la base de la salud de la planta.
El método Jean Pain realiza compost con restos vegetales de zonas semiáridas y boscosas, como el bosque mediterráneo.
La agricultura biológica se extendió por Europa en la década de 1980 y sirvió de base para la elaboración de las normativas que han regulado la agricultura ecológica.
Permacultura
Se inspira en la agricultura natural, un sistema agrícola japonés desarrollado por Masanobu Fukuoka a finales de 1970, o agricultura del no-hacer: no laboreo, no compost ni abonos, dejar las malas hierbas, no productos químicos de síntesis.
La permacultura como tal empieza en 1978 en Australia con Bill Mollison y David Holgrem. Permite recuperar ecosistemas degradados. Integra la vivienda en el entorno, dando importancia al diseño de sistemas, más que a las técnicas agrícolas.
Así, divide la finca en zonas, de la 0 a la V según cercanía y frecuencia de uso, ubicando los elementos de forma que se asistan entre ellos, que cada elemento ejerza varias funciones y cada función (agua, energía, madera, …) sea atendida por varios elementos. Los ecotonos o zonas entre ecosistemas son especialmente ricos por lo que deben aprovecharse.
La agricultura regenerativa (Darren J. Doherty, 2013) es el modelo más reciente de permacultura. Incluye la recuperación de suelos, las granjas polifacéticas, el diseño en Línea Clave, el pastoreo racional y la gestión de praderas.
Agroecología
Nace de la investigación participativa, donde técnicos especializados y agricultores trabajan a la par, enriqueciéndose mútuamente. Se aprovecha el conocimiento local, y se mejora en base al estudio.
Bastante difundido por Latinoamérica, siendo uno de sus precursores Miguel Altieri. Trabaja la dimensión ecológica, la social y la económica, para crear agroecosistemas sustentables.
En la actualidad
Cada escuela de agricultura es fruto de la época y lugar donde se desarrolló. Algunas de ellas se han mantenido en su línea, como la agricultura biodinámica, en tanto que otras han evolucionado mucho desde sus orígenes, como la agricultura biológica.
Lo cierto es que muchas fincas que practican la agricultura ecológica simultanean diferentes métodos, como compost de Jean Pain en una finca agroecológica, o diseño de permacultura en una finca biodinámica. Otras fincas, en cambio, intentan ser fieles a sus orígenes y convertirse en centro de divulgación de dicha escuela.
Para cultivar ecológico, y comercializar como tal, no se requiere adscribirse a ninguna escuela, aunque sí sirvan de inspiración. Basta con cultivar acorde a los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008 y superar la certificación a través de un organismo oficial.
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