Desde el primer momento que nacemos hasta el último momento de nuestras vidas somos dependientes de los recursos del Planeta.
Pasamos por la vida consumiendo sin parar y es por esto que se hace cada vez más necesario y urgente replantearnos qué comemos, cómo nos vestimos, qué tecnología usamos, de qué manera viajamos y qué compramos innecesario.
Hoy me gustaría hacer una reflexión sobre la manera de alimentarnos.
¿Nos hemos planteado alguna vez de dónde procede nuestra comida? ¿Somos conscientes de quién está detrás de nuestro plato?
En el caso de comer una ensalada, el recorrido sería: la semilla, la planta, el campo, el agricultor (¿usa pesticidas?, ¿herbicidas?, ¿cual es la calidad del agua de riego?, ¿el abono?), el almacén mayorista, el transportista, el vendedor. ¿Qué impacto tuvo todo el proceso en el medio ambiente?
¿Qué impacto tiene esa planta sobre mi cuerpo? Si contenían pesticidas ¿qué impacto ambiental tendrán sobre la tierra y las aguas?
En el caso de comer carne o pescado, ¿cuanta agua y recursos vegetales han hecho falta para ese trozo de carne? ¿existe sufrimiento en lo que estoy consumiendo?
El futuro será vegetariano o no será.
Cuanto más conscientes seamos de nuestras vidas y de lo que implica consumir, más libres y felices seremos y menor impacto destructivo dejaremos en el Planeta Tierra.