Cambiar la manera de alimentarse para encontrarse mejor es una forma de amor hacia uno mismo. En este artículo te explico las siete cosas que has de saber para conseguir ese cambio.
Dicen que es más difícil cambiar de alimentación que de religión. No pienso que sea verdad, pero si que alimentarse correctamente es una manera de mantener sano el cuerpo y el espíritu.
Comemos cada día por lo que es importante hacerlo con amor y de manera consciente. En este artículo te explico cómo:
Si lo que deseas es cambiar tu relación con la comida para alimentarte mejor, primero de todo necesitas romper esquemas e ideas preconcebidas que ya no te sirven y sustituirlas por otras válidas que te aporten mayor seguridad.
En general hay una serie de premisas que has de tener en cuenta para empezar tu cambio, conocerlas y entenderlas es una garantía para el cambio alimentario que necesitas.
Siete cosas que has de saber para cambiar tu manera de alimentarte
- No todas las personas experimentan de la misma manera los alimentos. Lo que a algunas personas les puede gustar mucho, a otras puede que no les guste.
En nuestra manera de comer han influido diferentes factores: la manera de cocinar de nuestros padres, el lugar donde vivimos, el entorno, las creencias, los recursos económicos. También nuestros sentidos (gusto, olfato, vista) y la forma de percibir las sensaciones.
- Se puede cambiar nuestra manera de percibir los alimentos.
Evidentemente, no es un cambio que podamos hacer en un día. Poco a poco hay que atreverse a probar nuevos sabores, gustos más delicados, más aromáticos, hay una amplia variedad de alimentos muy saludables y buenos.
Atreverse a probar nuevos alimentos es una manera de afrontar pequeños cambios y de darse la oportunidad de experimentar nuevos sabores
- No todos los alimentos saludables son aburridos.
Hay muchos alimentos saludables que están buenísimos, es cuestión de encontrarlos
y siempre contar con ellos en nuestra cocina.
Saludable no tiene que estar reñido con sabroso. Pero sí que sabroso a veces está reñido con saludable.
- Una cosa soy yo y otra cosa mi manera de comer.
Para iniciar el cambio hemos de ser comprensivas con nosotras mismas. Si comemos de una manera que perjudica nuestra salud, no nos hemos de juzgar. El juicio es una manera de perder la partida, juzgarte a ti misma solo crea sentimientos de culpa y baja autoestima.
Hemos de aceptar que necesitamos un cambio y debemos tratarnos con amor y comprensión.
- El cambio empieza por atreverse a sustituir unos alimentos por otros más saludables.
Explorar nuevos gustos y sabores más sutiles y delicados es una manera también de empezar con el cambio.
6. NO existe una alimentación ideal, ni una dieta ideal que sirva para todas las personas.
Cada persona es única, es por esto que no hay una manera de alimentarse universal, ni una dieta ideal y milagrosa que sirva para todo el mundo. Has de encontrar aquello que te vaya bien para tu organismo y que te haga sentir feliz y libre. Además, has de saber que no existen dietas milagrosas, ni maneras de comer mejor que otras.
No existen dietas milagrosas, ni alimentos buenos y malos. Todo depende de la cantidad y de las características personales
- No hay alimentos buenos o malos, simplemente alimentos cuyo consumo recomendado ha de ser esporádico. De estos alimentos no debemos abusar puesto que está comprobado que consumirlos habitualmente puede dañar nuestra salud, estos son:
- Azúcar refinado (azúcar blanco)
- Cereales refinados, sal refinada y aceite refinado
- Alimentos procesados por la industria
- Bebidas alcohólicas destiladas (no se consideran nutrientes)
- Aditivos sintéticos, transgénicos…
Hay que tener en cuenta esta lista e ir paulatinamente reduciendo estos alimentos, ¡que no necesariamente eliminarlos para siempre! El abuso de estos alimentos puede tener consecuencias directas en nuestra salud.
En este artículo te explico cómo sustituir el azúcar blanco de tu dieta:
