La escritura curativa puede sernos muy útil en cualquier etapa de nuestra vida, principalmente en los momentos en los que nos sentimos perdidos, en los que necesitamos sanar heridas o, simplemente, para realizar un proceso de crecimiento personal.
Está demostrado que escribir desde la sinceridad nuestras emociones, planteándonos quien, con quien, dónde y en qué momento estamos y cómo nos sentimos con nuestra situación actual, nos puede aportar múltiples beneficios, entre ellos:
- Una explicación de nuestra historia personal (autoconocimiento)
- Entender desde diversas perspectivas nuestras emociones
- Mejorar nuestra calidad de vida
- Encontrar nuestras propias herramientas de autocontrol emocional
- Encontrar nuevas maneras de motivarnos
- Disipar las dudas sobre situaciones difíciles
- Tomar distancia de nuestros problemas
- Aportarnos fuerza para emprender un nuevo rumbo en nuestra vida
A través de la escritura curativa podemos entendernos más, abrazar nuestras heridas más profundas y mejorar nuestra relación con nosotras mismas y con los demás.
Para comenzar a escribir se necesita una libreta. Te recomiendo que te compres una que te guste ya que ella representará tu espacio íntimo de reflexión, donde volcarás todo aquello que necesites explicarte a ti misma.
Puedes utilizar un bolígrafo, un lápiz o una pluma. El elemento de escritura también lo elegirás según sea de tu mayor agrado. El bolígrafo te permite escribir más rápido, mientras que la pluma necesita más cuidado y mayor lentitud. El lápiz siempre se puede borrar.
Pautas para empezar tu momento de escritura:
- Escoge un momento del día que te vaya bien. El lugar también es importante, ha de ser un espacio agradable y cómodo.
- Empieza por responder la pregunta ¿quién soy? ¿en qué momento me encuentro de mi vida? y a partir de aquí te puedes preguntar sobre aquello que más necesites responderte.
- Da respuestas a las preguntas planteadas, escribe todo lo que te venga en mente, se sincera contigo. No es necesario que atiendas a los signos de puntuación, céntrate en lo que quieres explicarte.
- Escribe el rato que necesites, 10 minutos al día para empezar puede estar bien.
- Realiza el ejercicio mínimo un par de semanas, menos es insuficiente para disipar dudas.
- Relee lo que has escrito los días anteriores.
Para sacar el máximo provecho, podemos escribir alternando momentos reflexivos con momentos donde liberamos la mente racional y nos hablamos desde nuestras emociones profundas. De esta manera, vamos yendo y viniendo para poder encontrar las respuestas desde los dos hemisferios del cerebro: desde la razón (hemisferio izquierdo) y desde la intuición (hemisferio derecho). Poco a poco las dudas quedarán disipadas y se irá completando el proceso curativo con la sabiduría de nuestro propio ser superior.
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